La posibilidad de que Europa compita bajo una sola bandera en los Juegos Olímpicos resurge cada cierto tiempo, especialmente en eventos como los próximos Juegos de París. La propuesta de un "equipo Europa" tiene un atractivo indiscutible: consolidar una identidad común entre los Estados miembros de la UE y superar a potencias como Estados Unidos y China en el medallero. Sin embargo, esta idea choca con los principios del Comité Olímpico Internacional (COI), que solo permite participar a comités nacionales bajo sus respectivas banderas.

En 2021, por ejemplo, Eslovenia, como país en la presidencia rotativa de la UE, intentó que su delegación desfilara junto a la bandera europea en los Juegos de Tokio, pero la propuesta fue rechazada por el COI. A pesar de ello, gestos simbólicos han marcado momentos en la historia olímpica. La esgrimista italiana Elisa Di Francisca ondeó una bandera de la UE en Río 2016 al ganar la medalla de plata, un acto que recibió el aplauso de líderes europeos como Federica Mogherini y Martin Schulz.

Identidad europea y deporte

El deporte ha sido clave en la construcción de identidades nacionales al generar orgullo colectivo y una memoria compartida. No obstante, según Carole Gómez, experta en sociología deportiva, el vínculo entre la UE y el deporte es relativamente reciente. Desde el Tratado de Lisboa en 2009, la Unión Europea ha formalizado su interés en el ámbito deportivo, fomentando proyectos como Erasmus+ y desarrollando iniciativas de diplomacia deportiva.

Sin embargo, la creación de un equipo olímpico europeo implicaría complejas decisiones de selección, limitando la representación de países individuales. "Tendríamos un solo representante europeo en lugar de múltiples atletas de diferentes naciones ocupando el podio", señala Gómez. Por ello, se apuesta más por sumar las medallas de los Estados miembros como bloque, reflejando el éxito conjunto de la UE.

París 2024: una oportunidad para el simbolismo europeo

En los Juegos Olímpicos de París, Emmanuel Macron ha logrado que la bandera europea ondee junto a la francesa como país anfitrión. Esta decisión, aceptada por el COI, marca un precedente y refuerza el simbolismo de unidad europea en el evento deportivo más importante del mundo.

Con futuros Juegos Olímpicos en el horizonte, como los de invierno en Milán-Cortina 2026 y los Alpes franceses en 2030, Europa tiene nuevas oportunidades para explorar formas de consolidar su identidad común a través del deporte, sin necesidad de un equipo único, pero con gestos que celebren la unión y diversidad del continente.